MALSÓCRATES EN EL FORO

Malsócrates pasea por el foro en solitario, con la cabeza gacha, pensativo. Se encuentra con su amigo Eudomo.

“Te veo pensativo Malsócrates”. “¿Acaso estás reflexionando sobre qué es la virtud y qué su déficit?”. ¿O es la forma ideal de gobierno la que ocupa tu mente?

“Ciertamente, ni una cosa ni otra Eudomo. Andaba pensando en cómo vivir del Estado sin aportar nada a cambio”.

“Gran cosa es Malsócrates, yo llevo haciéndolo desde que nací. Exploto a mis esclavos, llamados asalariados por los falsos filósofos, es decir, por los sofistas”. “Exprimo sus capacidades y hasta les pago un salario, ahora que me resulta más barato que pagarles un arriendo y la comida”.

“Por eso, gran Eudomo, me parece cosa de dioses haberte encontrado precisamente hoy en el foro”. “Creo que podrás ayudarme”.

“Cierto, Malsócrates. Si lo que pretendes es vivir del Estado sin tener propiedades, te recomiendo que visites a mi amigo Critias, un gran conseguidor de incapacidades permanentes”

“¿Enfermo me ves Eudemo?”

“En absoluto. Pero necesario es que finjas estarlo para engañar al Estado y conseguir tu incapacidad”.

“Eres astuto Eudemo”. ¿Y qué enfermedad crees que puedo fingir?

“Eso es cosa fácil Malsócrates”. “Los jueces de Atenas hace tiempo que abjuraron de la ciencia”. “Además, te veo cansado de tanto filosofar”.

“Cierto es. Tan cierto como que necesito cobrar algo para seguir filosofando”.

“Pues ve a ver a Critias y que su médico Calisto te diagnostique Ataraxia”. “Aunque te advierto que luego te será difícil defender la virtud”.

“No hay mayor virtud que la de manipular a las masas hablando de virtud” “¿No crees Eudomo?”

“Ciertamente, qué sería de nosotros sin la hipocresía. Toma la dirección de Critias y dile que vas de mi parte, pues de este modo yo podré pedirle la correspondiente comisión”

“Astuto y muy digno de nosotros los oligarcas”.

“Pues ve y no pierdas más tiempo, los dioses no siempre nos van a ser propicios”.

“Sea como dices”. “En breve habremos hundido la República con permiso de Zeus”.

MALSÓCRATES: ANTIDIÁLOGOS

 En los diálogos de Platón, Sócrates, personaje central de los mismos, expone sus ideas sobre la justicia, el bien, la belleza, el amor.

En uno de esos diálogos, “El Critón”, Sócrates recibe la visita de este durante su encarcelamiento. Un Sócrates condenado por corromper a la juventud, se negará a huir con Critón, que ha logrado comprar a los carceleros, argumentando que responder a un injusto con otro injusto constituye un injusto mayor.


Ni que decir tiene que este ideal ético platónico se encuentra muy alejado de la conducta que adoptaría hoy un reo en una situación semejante.
Me he permitido crear un personaje llamado Malsócrates, que representa a un Sócrates inverso carente de escrúpulos y alejado del ideal de justicia. En el GRITÓN nos ofrece su primera lección.

“¡Cuánto has tardado Gritón!¡Ya estaba maldiciendo a tu ascendencia!”
“Lo siento Malsócrates.He tenido que sobornar hasta a las piedras”.
“Entiendo.¿Crees que es justo?”
“El qué”
“El auto de prisión dictado contra mí por corromper las instituciones bancarias”.
“¿Acaso te has convertido en un hombre bueno Malsócrates? ¿Desde cuándo te preocupa la justicia?”
“Ciertamente, tienes razón Gritón.El concepto de justicia me resulta esquivo”.
“¿Entonces?”
“Estaba pensando en la argumentación que ofreceré a los ciudadanos una vez liberado de esta prisión”.“He de parecer justo Gritón”.
“Ciertamente, qué sería de nosotros, los nobles, sin la apariencia.
“¿Es justo entonces el auto,amigo?
“Justo en grado sumo”. “Se te acusa de estafar a ancianas, corromper cuentas corrientes de inválidos, distraer cantidades heredadas por recién nacidos…”
“¿Y?”
“Se quedaron cortos”. También estafaste a viudas y a negros pobres”.
“Cierto Gritón”.“Pero tú que eres un hombre sabio, dime:¿acaso no me debía yo a mis accionistas?”
“Sí, Malsócrates, te debías”.
“¿No eran ellos los que sufragaban mi salario y me protegían de la rapacería de Hacienda”?
“Ellos eran, en efecto”.
“¿No debía yo, pues,evitar a toda costa que cayeran en la pobreza?”.
“Tenías que evitarlo”.
“Pues entonces es justo que desposeyera a viudas para dar satisfacción a accionistas.Si hubiera satisfecho a las viudas y arruinado a los accionistas, estos me habrían enviado a la cárcel directamente y habría caído en el mayor de los desprestigios”.
“En la cárcel ya estás Malsócrates”.
“Por poco tiempo.Gracias a que fui justo con ellos puedo escapar, pues cuento con recursos suficientes para comprar voluntades”.
“Tienes razón”.
“Más dejemos las disquisiciones Gritón. Abre la celda y marchemos a mi mansión. Hace ya dos días que no como langosta”.
“De acuerdo, pero:¿qué debo hacer con la cicuta que debías tomarte?”.
“Entrégala a los carceleros. Unos funcionarios de menos siempre es cosa buena para la República”.
“Cierto. Que la beban entonces y que les den, querido Malsócrates”.
“Así parecen quererlo los dioses Gritón»